AkumaHarmony

This is an article of my authorship, published in a Mexican art magazine. I apologize because I will reproduce it directly from Spanish. Doing it in English would take too much space. For those who can understand it or pass it through a translator, I hope you enjoy it a lot.

ABOUT

Special thanks to:

Things you'd expect to be

Having effect on me

Pass undetectedly

But everyone knows what has got me

Sweetest perfection

Depeche Mode

Tuberías oxidadas. Ganchos para colgar la ropa. Tiendas abandonadas que se aferran a su nombre, tan poéticos algunos como L’ Aire d’ Eden. Pero muy especialmente los diseños involuntarios del proceso de oxidación o putrefacción sobre acero o madera. Nunca más volví a ver igual las cosas aparentemente simples –incluso desvencijadas- luego de atestiguar en qué podía transformarlas Ulrich Bednarz, geólogo alemán radicado en Francia y autor de cuatro libros de fotografía firmados con su nombre real. Sus fotos las firma con un pseudónimo más complicado que su nombre real: EintoeRn. En alguna entrevista declara estar influenciado por pintores expresionistas alemanes como August Macke u Otto Müller; artistas contemporáneos como Warhol, Stella  o Rothko, y por los llamados “spaguetti westerns”. Burdos artilugios… ¿quién se fija en un salvavidas si no es cuando la garra invisible de un calambre tira de tu pantorrilla en lo más profundo de una alberca? La lección implícita en las imágenes de EintoeRn es que la maravilla te aguarda donde menos lo imaginas: el faro roto de un viejo automóvil puede gestar una galaxia en formación. Las cosas con las que EintoeRn logra imágenes que abarcan un rango de belleza que va desde lo tierno hasta lo sublime, sin lindar lo perturbador y mucho menos lo escatológico (algo común en artistas de esta corriente); óxido, moho, carcoma, trastos descascarillados, barcos espectrales oscilando entre aguas turbias. Ocasionalmente expone bosques, carreteras, paisajes urbanos y rurales, alterando su morigerada perfección de postal con algún detalle que enriquece su narrativa: su característico sombrero blanco (que asoma en varias de las tomas) abandonado sobre el césped, a varios metros de una casa campirana, o las puntas de unas botas que definitivamente no pertenecen al fotógrafo. En muchas aparece la sombra de una mujer. No sinuosa, pasiva ni sensual, sino protegida contra el rigor del invierno y una cámara en la mano. Mujer y cámara, casi siempre en lontananza, perspectiva desde la que EintoeRn prefiere fotografiar árboles. Álter ego del fotógrafo más que musa, o en todo caso, musa con libre albedrío que jamás posa deliberadamente.  Reclinada contra un muro de espejos, dos mujeres idénticas, chamarra blanca y pelo negro, una a espaldas de la otra, revisando su cámara con aire distraído. El nombre de la mujer que está en prácticamente todas las fotos de EintoeRn, incluso en ausencia, es Lúcia P., originaria de Portugal, en cuyos escenarios transcurre gran parte de la fotografía paisajística de su comparsa. La sombra pequeña, fuelle, conmovedora de las fotografías de EintoeRn, ella misma extraordinaria fotógrafa, murió de cáncer el 9 de noviembre de 2017. Lúcia trabajó también en fotografías de calle con un prestigiado fotógrafo portugués, José Calheiros, con quien se hizo un autorretrato doble, uno al lado del otro, las piernas muy separadas, frente a un aparador con su respectiva cámara enfocada hacia un cristal opaco. Existe una gran influencia de EintoeRn en el trabajo de la misteriosa Lúcia (1956), y es posible que también a la inversa. Durante unos cinco años colaboraron de manera constante y entusiasta, fusionando imágenes capturadas por uno y otra  capturadas en cámaras análogas, a través de una técnica especial de revelado. No obstante la semejanza de algunos de sus trabajos con los de EintoeRn, Lúcia tiene una personalidad definida como fotógrafa que tiende más hacia el minimalismo (el recorrido por las venas de una hoja, la vulnerabilidad de una verdura recién extraída de la tierra, la esquina pútrida de un pétalo degenerado). También parece mucho más afecta a retratar personas que su compañero, aunque sus retratos de calle, que parecen muy anteriores a su etapa más experimental, poseen una característica semejante a los paisajes rurales de EintoeRn: sus inesperados encuadres. En medio de una multitud puede sobresalir una mano con uñas pintadas de un color particularmente llamativo; un joven realizando malabares con unas enormes pompas de jabón y el rostro de un hombre mayor hablando por celular, perfectamente enmarcado por una burbuja. Más que el gesto, Lúcia capta el impulso. Un hombre calvo aparece en varias fotografías, formando una silueta alargada. Contraparte de la sombra de Lúcia: EintoeRn.

            En medio de ese juego de sombras y hombres calvos, existe un autorretrato de EintoeRn y Lúcia. Una técnica similar a la de Lúcia con Calheiros pero de carácter más emotivo que estético. Es ella quien domina la escena al sostener la cámara contra lo que parece el aparador vacío de una tienda, cubierta hasta la cabeza y una bufanda colorida. Por sobre su hombro derecho asoma un hombre con la cabeza cubierta por un gorro –juraría que es calvo- y unas gafas cuadradas. Del lado izquierdo de la fotógrafa, como un cuarto brazo que se fusiona con el cuerpo de ella hasta cobrar la forma de una recatada Vishnu, asoma el brazo de su compañero, con una cámara fuertemente afianzada. Pese a su afán por opacarse –en sentido estético y no psicológico-, la fotógrafa se refleja vibrante y juguetona, pese a su sonrisa prácticamente invisible.  EintoeRn ha expresado su profundo dolor por lo que, me atrevería a afirmar, era la anunciada muerte de su alter ego/musa a través de imágenes, no solo propias, también ajenas. En la última fotografía de Lúcia, captada por EintoeRn se le ve nítidamente proyectada contra lo que parece ser un mar calmo, flanqueada por un par de faroles y aves sobrevolando su cabeza, con la cámara apuntando hacia el mismo punto donde otro capta su imagen apenas distorsionada: no cabe duda que se trata de una mujer pequeña, de cabello negro. El título de la foto: “muito obrigado por tudo…e muito, muito más”.



   

            La presencia de Lúcia se deja sentir cada día, cuando EintoeRn publica en su galería online una nueva foto que, si nos atenemos a la leyenda que acompaña la imagen, forma parte de su trabajo en colaboración con ella, y su saludo por las mañanas sigue siendo “hello, dear”.

Lucia Art










Ulrich Art